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Caifanes en San Antonio, Texas

Marco Aurelio Mora Hernández / colaborador Subterráneos

Encuentro de pasiones y solidaridad

San Antonio, Texas; 10 de febrero de 2025; Una noche fría  de febrero se transformó en un vibrante viaje al pasado y un grito de esperanza para muchos de los presentes en el Aztec Theatre, donde el legendario grupo mexicano de rock, Caifanes, ofreció una presentación memorable.


La banda, en su formación de quinteto, reunió a tres miembros originales; Saúl Hernández, Alfonso André y Diego Herrera, junto a otros músicos en calidad de invitados. A las 9 de la noche en punto, el grupo hizo su entrada, con un público ansioso por revivir los clásicos que marcaron la juventud de muchos y, quizás, los mejores tiempos de sus vidas. Aunque esta fue la segunda vez en tres años que Caifanes se presentaba en este escenario, la energía era tan palpable como la primera. 


Con su característico estilo, Saúl Hernández, líder indiscutible del grupo, aprovechó su micrófono no solo para ofrecer canciones icónicas, sino también para enviar mensajes poderosos de solidaridad. En uno de los momentos más emotivos de la noche, se solidarizó con los inmigrantes perseguidos por políticas discriminatorias, pidiendo unidad frente a la adversidad. No faltaron las críticas a la administración del presidente Donald Trump, a quien se refirió como el "nazi anaranjado", haciendo énfasis en su postura imperialista y su intento de violar la soberanía de Panamá. El público, en su mayoría compuesto por mexicanos que viven y trabajan en San Antonio, respondió con vítores y aplausos.


En otro acto de empatía y reflexión de Saúl Hernández, quien ha sido considerado una voz de conciencia para muchas generaciones, abordó el preocupante aumento de suicidios entre jóvenes menores de 30 años. Se mostró como un adulto dispuesto a ofrecer su apoyo, destacando la importancia de la salud mental y el cuidado mutuo. 


Entre las canciones y los mensajes sociales, los asistentes sintieron la cercanía de la banda, no solo como artistas, sino como seres humanos comprometidos con los temas del momento.


En el clímax del espectáculo, Diego Herrera, comenzó a tocar las primeras notas del “Himno Nacional Mexicano”, lo que desató una explosión de emoción entre los presentes. Las voces se unieron al unísono, entonando el famoso verso: "Y un soldado en cada hijo te dio…", mientras la bandera mexicana, que un miembro del público otorgó a la banda, ondeaba en el escenario. El símbolo de la patria se convirtió en un emblema de unidad, especialmente para aquellos que, lejos de su tierra natal, encontraban en la música de Caifanes un refugio emocional.



Al final del concierto, después de más de dos horas de música, discursos pro inmigrantes y una conexión profunda con sus seguidores, los Caifanes no solo entregaron una actuación inolvidable, sino también un mensaje de esperanza y resistencia. La banda se despidió entre aplausos y abrazos, regalando autógrafos y fotos a sus fieles seguidores, quienes se llevaron consigo un pedazo de la historia y el alma del rock mexicano.


La noche en el Aztec Theatre fue mucho más que un concierto. Fue un acto de reivindicación cultural, un recordatorio de la importancia de la unión y un testimonio del poder que tiene la música para generar conciencia y esperanza en tiempos difíciles. Caifanes sigue siendo un referente en la música mexicana, no solo por su legado musical, sino también por su compromiso con los valores sociales y la lucha por los derechos humanos.


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