Adanowsky y el viaje de Amador
- Subterráneos
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Javier Cameli / Subterráneos

El arte entre el jubilo y la melancolia
Puebla, Puebla; 17 de octubre de 2025. Esta noche tiene esos destellos que solo entendemos cuando miramos la foto de alguien, sonreímos y reconocemos lo divino; o apretamos los dientes para no desbordar ese suspiro melancólico que nos invade.
Afuera del Beat 803 ya no hay estacionamiento. La larga fila se llena de murmullos y pláticas breves sobre la última vez que Adán visitó Puebla.Dentro, la impaciencia se mezcla con el júbilo y, al fin, cuando el telón sube, ese júbilo contenido explota. El ídolo aparece, elegante, con una chaqueta bordada y una sonrisa contagiosa. Lo que siempre fui… La guitarra habla y Amador despierta de un sueño que duró quince años, solo que ahora muestra un lado más maduro.
Las canciones “Dime cuándo”, “Me siento solo”, “Un sol con corazón”, “Déjame llorar” aparecieron como protagonistas de esta obra de teatro. El Beat 803, abarrotado, forma un solo eco.
Esta noche nos quedó claro que no se trató solo de despertar un disco viejo, sino de comprender que la poesía y el arte están más presentes de lo que imaginamos.

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