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Catherine Walsh: Me pienso como una intelectual militante




”Las preguntas nos empujan a seguir pensando, sintiendo y accionando a la vez”

José F. Corte/Subterráneos 


Puebla, Puebla; 09 de octubre de 2024. Diálogo con Catherine Walsh, intelectual militante, especializada en métodos pedagógicos decoloniales e interculturalidad con directrices feministas, afrodecendencias e indígenas. Alumna de Paulo Freire y enraizada al zapatismo. 


Esta entrevista fue hecha gracias al profesor Pedro Pablo Gómez del doctorado en Estudios Artísticos de la Universidad Francisco José de Caldas en Bogotá, Colombia.



Catherine Walsh 

Bueno, mi nombre es Catherine Walsh. Mucha gente me llama Cathy, no me identifico como académica, y aunque sí, trabajé en universidades más de 40 años en mi tiempo, pero más bien, me pienso como una intelectual militante, ahora des-institucionalizada por decisión propia, pero también como pedagoga y sembradora. 


José F. Corte

¿Cómo es este intelectualismo militante?


C W.

Ha sido un camino largo, un camino no lineal, sino, digo, serpentino.


Nací en Estados Unidos, pero desde joven, mujer joven, empecé militando con grupos feministas, multirraciales, en ese tiempo cuestionando el aparato industrial militar de Estados Unidos, la guerra en Vietnam, la cuestión de derechos civiles. Pero también, con esta forma de búsqueda, pienso mucho con la experiencia, con las palabras de las y los zapatistas, entre muchos otros. O sea, procesos concretos de esta noción de caminar preguntando, preguntar caminando. Entonces, para mí eso es parte también de la militancia. No es simplemente actuar en la calle, no es simplemente resistir el sistema, sino, continuamente caminar, y no es una caminata sola, siempre con personas, con comunidades, con colectivos.


Asumir una forma de militancia pensante, senti-pensante con la vida, sin tener respuestas, pero siempre tener más preguntas. Yo creo que las preguntas nos empujan a seguir pensando, sintiendo y accionando a la vez.


JFC. 

Todo este caminar Preguntando y acompañar, ¿dónde lo hace?, ¿en qué contexto?


C W.

Hace más de tres décadas estoy en territorio del Abya Yala,  América Latina, específicamente Ecuador, eso es mi hogar, mi lugar desde donde pienso, construyendo hilos con otros territorios.


En esta fase de vida des-institucionalizada, que me da un poco más de libertad de movimiento, estoy dedicándome mucho a conversar y escuchar, no dar conferencias, sino de estar en espacios donde puedo cambiar, conversar y escuchar sobre esas luchas de vida.


JFC.

¿Por qué sigue luchando?


C W.

Para mí eso es la vida, es vida. Nunca he sido, desde niña, quieta, siempre estaba en esto de cuestionar, de decir que esas cosas no están bien, pero no quejarme, sino buscar la manera de hacer distinto. Pero, la lucha para mí no termina, no es una lucha lineal, no tengo una meta, un propósito: voy a llegar y todo está bien. Entiendo cómo el sistema, se va mutando, reconfigurando, tomando nuevas formas y la lucha también. 


Entonces, hay maneras de lucha, en un barrio urbano, en un territorio de comunidad, pero también en escuelas, en procesos educativos, Inclusive en la universidad, pero ahí se están abriendo un poco de grietas.


Mis luchas son en espacios desde los abajos, entendido en plural, son espacios cada vez más pequeños, donde si podemos abrir una grieta, donde una grieta existe y donde podemos sembrar algo distinto en esta grieta. 


Esa es la forma que entiendo hoy en día un poco mi lucha, mi labor y en cierta forma mi responsabilidad de asumir en el cuerpo, en la vida, que tengo que ir ayudando, apoyando, agrietando, tal vez con martillo, pero también, compartir con semillas que hacen nacer algo distinto.


JFC.

¿Para qué seguir platicando? ¿Para qué seguir caminando?


C W.

Eso me regresa a la vida misma, o sea si preguntamos ¿Cómo vivir? ¿Cómo sembrar vida en donde está la muerte? Sigo pensando que sí es posible, que sí existen otras maneras, a pesar del sistema, pero esas otras maneras también no simplemente tienen que ser visibilizadas si no tenemos que cuidarlas, tenemos que cuidar las semillas, y entender que las semillas se van con el viento. 


Para mí no es crear programas, instituciones, lugares Institucionalizados, también permitir la posibilidad de que esas semillas que están en algunas grietas puedan brotar, tal vez volar y tal vez renacer en otras partes. 


Nunca pienso esta lucha como individual, si no desde el común. No estoy en el sobre, siempre tengo que pensar desde mí ser, mis ancestros y ancestras de distintas maneras de sangre y no de sangre. 


Seguir esta labor no es simplemente metafórico, yo tengo mi huerta, mi chacra, siembro. Encuentro esos momentos de estar sembrando con la tierra, conversando con las semillas, cantando con las semillas, es una fuerza que vive, que podemos decir, que cruza la cuestión de racionalidad. Soy una persona muy espiritual, no en la forma de religión Institucionalizada. Muy sensible a esas fuerzas espirituales ancestrales que siguen alrededor. 


JFC.

Quisiera saber si nos tiene algo más qué decir que yo no he preguntado.


C W.

Como yo he venido conversando contigo en esos días, últimamente estoy caminando mucho por tierras mexicanas, con distintos colectivos, escuchando jóvenes en varias partes, sus luchas en esos momentos tan críticos de México como toda América Latina. Entonces, tal vez si no nos encontramos aquí en Bogotá, tal vez podría ser en Puebla o en otro territorio mexicano, en este caminar y preguntar y también sembrar. 


Puedes ver la entrevista completa: https://www.youtube.com/watch?v=3vRkmXwtJX4


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