Resonancias: Nueva producción del autor y cantante Víctor Martínez
- Subterráneos
- 12 jun
- 5 Min. de lectura
Ildefonso López / Subterráneos
Resonancias es una obra donde el autor oaxaqueño explora con mayor profundidad los territorios del rock y el blues, sin perder de vista sus raíces.

Oaxaca, Oax., 5 de junio de 2025: Víctor Martínez, al igual que Bob Dylan, no abandona la tradición: la reinventa y la expande en su nueva producción discográfica
El álbum está disponible desde los primeros días de junio en toda a plataformas digitales, es probablemente el más electrizante de su trayectoria. Con más de una decena de discos previos, Martínez ha recorrido diversos matices de la música tradicional mexicana, siempre con pinceladas de géneros contemporáneos. “Resonancias” representa una evolución sonora: una sinergia entre la tradición y la modernidad.
A lo largo de 12 piezas, el disco traza un recorrido por imágenes poéticas que evocan sus raíces oaxaqueñas, acompañadas por la guitarra potente y precisa de Felipe Souza, figura clave en la construcción del sonido del álbum.
“Resonancias”, no sólo confirma la madurez artística de Víctor Martínez, también lo posiciona como uno de los cantautores más versátiles del sur del país, capaz de dialogar con la música de raíz desde las vibraciones eléctricas del blues y el rock.

Para ahondar más en esta nueva producción, nos encontramos con Víctor Martínez en el Café Espacio Luvina, un rincón cálido que nos abrió sus puertas para esta conversación. Entre tazas de café humeante y el rumor constante de la lluvia que golpeaba los ventanales, desgranamos ideas, acordes y memorias. Fue el ambiente perfecto para hablar de Resonancias, un disco que no solo suena, sino que piensa, observa y celebra la vida.
En su más reciente producción, Resonancias, el artista nos invita a sumergirnos en un viaje sonoro que, sin caer en la nostalgia, dialoga con la fuerza creativa de los años 60. “La música de esa época ha influido en el espíritu de muchos seres humanos. En México, esa resonancia sigue presente, viva, y es algo que he querido recuperar”, explica. Para él, esa década no solo marcó un estilo, sino una forma de hacer música libre, diversa y profundamente humana.
La decisión de profundizar en el rock y el blues no es casual. “En los años 60 llegaron a la Ciudad de México jóvenes que traían el blues como su música materna. Era lo que habían cultivado, con lo que crecieron. Ellos hicieron, creo yo, la mejor música de ese carácter en México, y eso dejó una huella. Desde entonces, el blues empezó a tener presencia, con nombre y forma, en todo el país.”
En Resonancias, se nota una búsqueda por equilibrar lo tradicional con lo contemporáneo. “Para mí, la tradición es algo que le pertenece a cada generación. Es una herencia, sí, pero también algo que transformamos. Este disco es el más eléctrico que he hecho y refleja mi recorrido por distintos paisajes musicales. Siempre intento que mis producciones tengan un destello de los años 60, no solo en el sonido, sino en la actitud: esa libertad y espontaneidad con la que se hacía música entonces.”
En ese camino, una figura clave ha sido el guitarrista Felipe Souza. “Felipe ha sido una gran influencia para mí desde hace años. Tocó en Trilce Vol. I y también en otros discos, tanto de Enrique Quezadas como míos. Este reencuentro fue distinto: platicamos a fondo sobre lo que yo sentía que tenía que mejorar y hacia dónde quería caminar. Él tiene una guitarra con una fuerza impresionante, pero lo más importante es su claridad sobre la libertad: sabe cuándo dejarse llevar por ella y cuándo ponerla al servicio del sonido.”
Sobre la elección de “Pensar la vida” como pieza inicial del disco, lo tiene claro: “La vida es el eje que atraviesa todo el disco. Es la base del pensamiento, la acción y la imaginación. Sin vida no hay nada. Por eso hay que defenderla, valorarla en todos sus niveles: espiritual, imaginario, material. Vivir implica riesgos, espinas, caídas, pero también frutos, belleza y altura. Asumir esos riesgos es también una forma de cuidarla.”
Las raíces oaxaqueñas del artista también están muy presentes en su música. “Viví en Oaxaca hasta los 17 años. Me formé allí, conviví con mi familia, probé el mole, el mezcal, canté, bailé, escuché música. Todo eso forjó mi manera de ser, mi actitud, y eso es lo que define realmente a una persona. Ser oaxaqueño es parte de mí, y eso se refleja en mis canciones: desde alusiones a la naturaleza y el entorno, hasta problemáticas como la del agua, que es un tema recurrente en mi obra. También me interesa hablar de la relación entre hombres y mujeres desde una crítica al machismo, que entiendo como una ideología donde ambos géneros participan y que necesitamos revisar con profundidad.”

Resonancias no es solo un disco: “Es un puente entre épocas, un eco personal y colectivo que busca mantener viva la chispa de la libertad creativa, desde el blues hasta el presente”.
En su nuevo disco Resonancias, el cantautor Víctor Martínez traza un mapa sonoro en el que convergen la herencia del blues, la sensibilidad poética y la fuerza de sus raíces oaxaqueñas. “Cada canción es un fragmento de ese viaje, pero hay una en particular que condensa el espíritu festivo, crítico y vital que lo caracteriza: La Fiesta, el Jolgorio”.
“Es una crónica de una fiesta donde se cruzan personajes diversos: feministas, jóvenes, intelectuales. La idea es invitar a quitarse el disfraz y vivir con autenticidad”, explica. En esa canción se condensa su mirada social y poética, una que interpela al presente sin perder humor: “¿Por qué los viejos desconfían de los jóvenes? Porque fueron jóvenes”. afirma
El eco de Dylan no tarda en aparecer cuando se le pregunta por influencias. “Dylan fue una presencia natural desde mi adolescencia. Me atraía su música, su manera de hablar como poeta con guitarra. No entendía el inglés, pero sentía su fuerza”. Esa sensibilidad también se alimentó de otros referentes, como los Beatles y, especialmente, John Lennon.
Pero Resonancias no es un tributo al pasado. Representa una evolución musical profunda, una especie de ruptura creativa. “Fue un proceso lento, de desapego. Tuve que romper con fórmulas que ya no me decían nada. El blues no lo tomé como algo para imitar, sino como una raíz viva, algo que podía injertar en mi forma de componer”, afirma.
Esa transformación no fue en solitario: “En el disco participan músicos oaxaqueños como Héctor Díaz, Ornell Jiménez, Juan Márquez y el reconocido guitarrista Felipe Souza. La mezcla estuvo a cargo de Juan Sosa y la masterización fue realizada por Arturo Felipe”.
La presentación oficial de Resonancias será el próximo 30 de julio a las 7:00 PM en el Parque Primavera de Oaxaca. Inicialmente programada para el Zócalo, la sede tuvo que cambiarse. “Finanzas lo impidió. El sector cultural en Oaxaca está abandonado. A la Secretaría de Cultura no le interesa, todo pasa por Finanzas”, denuncia con firmeza.
A pesar de las trabas, Víctor Martínez sigue creando desde la convicción. Su música está disponible en todas las plataformas digitales y se mantiene activo en redes sociales, compartiendo su trabajo con quienes, como él, creen que cantar es otra forma de pensar la vida.
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